
2010 pasará a la historia por ser el año en que fuimos invencibles. El año en que vimos como 23 tíos levantaban un país desde un bar de pijos escondido en recoletos. También el año de quejarnos, de la crisis, de que un volcán oscureciera los cielos de Europa. El año que tiramos por tierra 100 años de historia. El año que pasé millones de horas muertas con mis culpas como y la cerveza fue el mejor de los manjares. Este año me he sentido un héroe, un mendigo y una absoluta criminal. Hemos bebido calimocho hasta hartarnos tirados en el río, hemos recorrido Guadalajara en coche sin más necesidad que unos briks y muy buena compañía, hemos cometido errores y hemos juzgado por ellos.
Me he tragado tanto orgullo que me he empachado muchas veces, y también he aprendido a confiar en quien se puede confiar. Dije adios al mayor lastre de mi vida cuando vi un siete en el papelito. He llorado a Berlanga y a Delibes como si fueran de mi familia y he descubierto que los sueños son para los novatos. He sentido que podía volar con aquel beso y sé que soy la más culpable de que esto no esté donde estuvo. He subido a lo más alto y he sido una niña perdida, me he hecho a la indiferencia pero jamás me acostumbraré a que no me mires. Fuimos supernenas en Gandía, marineras en carnaval y bastante muertas en halloween, nos hemos bebido el mar dos o tres veces y me he dormido abrazada al baño. Arrasamos Toledo con unas gafas de sol y un gorro de paja y sobre todo hemos sobrevivido a todos los baches que nos puso la vida.
Subimos a montañas rusas y vomitamos palabras prohibidas. Robamos pulseras en los puestos de las mejores fiestas del mundo y cantamos el tractor amarillo hasta quedarnos sin voz. Nos tumbamos durante horas en la playa de Valencia en las fallas creyendo que el mundo un día valdría la pena. Hemos comido montaditos para alimentar a un país entero y otros tantos helados en el burger. Y en cuanto a mí, he ocultado trillones de secretos, me he visto en bares de gays en tribunal y he hecho amigos heavys; he sido el último mono y el rey de la selva. He querido mucho y no me han querido nada, me he metido en más de tres piscinas diferentes en tres horas, me han decepcionado tantas veces que he perdido la cuenta y me he enganchado a los pintauñas todavía más si cabe. He conocido a gente inolvidable y he mentido por un beso. He sentido muchas cosas por mucha gente y me he dado cuenta, tarde, de que te he querido toda la vida. Sólo quiero para 2011 que dejes de ser quien eres para ser quien eras, quien siempre has sido; que los de rosa sigan siendo los de rosa y que nos sigamos riendo con las pequeñas cosas. Para el 2011, que nunca falten ganas de soñar.